la ADMINISTRACIÓN DE las COSAS

la ADMINISTRACIÓN DE las COSAS

La expresión “la administración de las cosas” ha pasado por una larga historia de interpretaciones y manipulaciones que la han alejado de su sentido original. Saint-Simon, socialista utópico, pretendía que la administración de las cosas sustituyera al gobierno de las personas (imperfectas en su mayoría). Pero el verdadero creador de la expresión fue su discípulo August Comte, que lo que quería decir era que el gobierno debía suprimir la arbitrariedad, su política tenía que basarse en evidencias y los expertos en cada campo tenían que entender la naturaleza de las cosas. Así deberían ser las políticas públicas.

La burocracia moderna nos ha traído hasta donde estamos. Hay una gran parte de la opinión pública que oye esta palabra con desconfianza. La gestión pública se percibe como en la definición del libro de James Wilson (“Burocracia”): “un mundo de instituciones asentadas diseñadas para permitir que personas imperfectas utilicen procedimientos defectuosos para hacer frente a problemas insolubles”.

Y, sin embargo, en la pequeña parte rica del mundo esto significa mayor esperanza de vida, menos pobreza y un nivel de educación aceptable para la mayoría.

Pero en los países pobres, la capacidad de la burocracia para actuar es mínima, y no va a mejor, tal como muestro en el post “el elefante blanco en la COP.

  • Lant Pritchet, sobre la menguante eficacia de los gobiernos: la mayoría de gobiernos del mundo tiene ahora menos capacidad que antes, y muchos no van camino de mejorar. Los datos aquí 
  • Daniel Kaufmann y Aart Kraay, sobre los índices de gobernanza mundial. Se puede jugar con los datos aquí y observar cómo la eficacia gubernamental (uno de los seis índices estudiados) apenas mejora de año en año.
  • Sobre los criterios burocráticos para considerar la calidad del gasto, un informe de 2020 sobre gestión de las finanzas públicas tampoco es optimista. Dos conclusiones:
    • “Por término medio, los países obtienen mejores resultados en la preparación de sus presupuestos que en su ejecución.
    • La auditoría interna, la gestión de los riesgos fiscales, la auditoría externa y el control por parte de las Entidades Fiscalizadoras Superiores y el poder legislativo siguen siendo las áreas más débiles de la gestión de las finanzas públicas”.

Dependemos de la administración de las cosas para poder invertir en la lucha contra la pobreza, el cambio climático, la contaminación y las enfermedades. Si hoy dispusiéramos de dinero ilimitado, no podríamos gastarlo. No existe en la mayor parte del mundo la capacidad burocrática para poner la maquinaria a funcionar, ni en el gobierno, ni en las ONG. Esta debería ser nuestra principal preocupación.

Esta sección se encargará de mostrar fuentes (libros, artículos, páginas web) que ayuden a la creación de capacidad de hacer cosas.

 

BUILDING STATE CAPABILITY

Este libro recoge el método desarrollado por la institución académica que creo que mejor aborda el problema de la falta de capacidad estatal: la Harvard Kennedy School. Según el resumen de los propios autores: 

Los gobiernos desempeñan un papel fundamental en el proceso de desarrollo, e introducen constantemente reformas y políticas para alcanzar los objetivos de desarrollo. Sin embargo, muchas de estas intervenciones tienen un impacto limitado; se construyen escuelas pero los niños no aprenden, se introducen sistemas informáticos pero no se utilizan, se redactan planes pero no se aplican. Estas deficiencias en los logros revelan lagunas en las capacidades y puntos débiles en el proceso de creación de capacidades estatales. 

Este libro aborda estas deficiencias y lagunas. Comienza aportando pruebas de las carencias de capacidades que existen actualmente en muchos países, mostrando que muchos gobiernos carecen de capacidades básicas incluso tras décadas de reformas y esfuerzos de creación de capacidades. A continuación, el libro analiza estas pruebas, identificando las trampas de capacidad que frenan a muchos gobiernos, especialmente las relacionadas con el mimetismo isomórfico (en el que los gobiernos copian las mejores prácticas de otros países para parecer más capaces, aunque no lo sean) y la carga prematura (en la que los gobiernos adoptan nuevos mecanismos que en realidad no pueden hacer funcionar, dada la debilidad de las capacidades existentes). A continuación, el libro describe un proceso que los gobiernos pueden utilizar para escapar de estas trampas de capacidad denominado PDIA (adaptación iterativa dirigida por problemas), este proceso capacita a las personas que trabajan en los gobiernos para encontrar y adaptar soluciones a los problemas a los que se enfrentan. El debate sobre este proceso está estructurado de forma práctica para que los lectores puedan aplicar realmente las herramientas y las ideas a los retos de capacidad a los que se enfrentan en sus propios contextos. Estas aplicaciones ayudarán a los lectores a idear políticas y reformas que tengan más impacto que las del pasado. 

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